Es evidente que los edificios por muy bien que fueran construidos en su momento no pueden durar para la eternidad, las viviendas rústicas como las que hay por toda la provincia de Lugo son un claro ejemplo de que las casas pueden durar muchos años si les realizamos un correcto mantenimiento, además con una rehabilitación podemos hacer que la vida útil de una vivienda rústica se extienda mucho en el tiempo.
Valorar el estado de conservación de un edificio o de una vivienda es un hecho muy habitual, aparte de saber su valor actual, realizar esta valoración nos ayudara a conocer el estado actual de la vivienda y si merece la pena por ejemplo invertir en una rehabilitar que haga crecer exponencialmente el valor de la vivienda. El tasador tendrá en cuenta dos parámetros muy importantes: la antigüedad del edificio y su estado de conservación.
La clasificación se suele hacer de la siguiente manera:
- En ruinas: Solo quedan en pie algunas partes de los muros de piedra. Salvo que tenga un poder evocador especial o se tratase de una edificación muy importante, hay que pensar si merece la pena rehabilitarla o si es mejor demolerla del todo y hacer una nueva. Si decidiéramos rehabilitarla, la intervención es muy delicada y no se basa en la simple reconstrucción de los muros.
- En ruina parcial: Nos referimos al caso en el que los únicos elementos en buen estado son los muros de piedra. En esta situación sí que es aconsejable rehabilitar, pero teniendo en cuenta que ello no nos supondrá un ahorro significativo con respecto a hacer una vivienda desde cero.
- En mal estado: Este es el caso en el que los muros están bien y los forjados están en mal estado, pero se pueden salvar. Es habitual que haya que cambiar la cubierta, pero se pueden aprovechar los forjados intermedios aunque haya que consolidarlos de una u otra manera.
- En estado regular: En este caso suponemos que se puede aprovechar toda la estructura, aunque es probable que tengamos que añadir aislamiento, cambiar las ventanas, retejar y rehacer todas las instalaciones.
- En buen estado: En este caso todos los elementos básicos para vivir están en funcionamiento, por lo que solo tendríamos que hacer intervenciones mínimas que no requieran ni proyecto como añadir aislamiento interior, arreglar alguna ventana, cambiar la caldera, etc.