Rehabilitar un edificio es un quebradero de cabeza, es cierto, sobre todo si en el edificio los propietarios o comunidades de vecinos no se ponen de acuerdo, pero también es cierto que siempre se nota una mejoría muy importante en un edificio después de su rehabilitación, en especial, los edificios situados en zonas históricas tienden a estar más necesitados de mejoras. Sobre todo si lo comparamos con lo que exigimos hoy en día a un inmueble, hay que asegurar tanto su viabilidad estructural como la eficiencia energética. 

En primer lugar, hay que observar la posible existencia de problemas graves que hagan necesaria la rehabilitación del edificio. Un primer problema que puede obligar a la rehabilitación del edificio. Es el deterioro de la fachada y de los elementos exteriores, lo que puede provocar desprendimientos debido a grietas producidas por la exposición al frío o la lluvia tan habituales en Lugo.

Desde un punto de vista estructural la rehabilitación de un edificio con gran antigüedad puede ser necesaria debido al deterioro de vigas y pilares, esto puede llegar a un punto de comprometer la estabilidad del inmueble y la seguridad de sus habitantes. Casos menos graves pero igual de necesarios suelen ser la adaptación de una vivienda para facilitar la accesibilidad para personas con dificultades, añadiendo rampas y accesos para sillas de ruedas, un deficit muy extendido en casi todos los edificios antiguos de Lugo. Otro punto estructural a mejorar es la eficiencia energetica del edificio, las mejoras en los aislamientos, puertas y ventanas con el paso de los años, hace que este sea un motivo muy importante para realizar la rehabilitación del edificio ya que el ahorro en calefacción es muy notable.

Tras llevar a cabo todas o algunas acciones de reforma de un edificio los beneficios para el propietario o los inquilinos son evidentes:

  • En primer lugar, al rehabilitar, el edificio aumenta exponencialmente su valor, tanto para ser vendido como alquilado, ya que a su valor histórico se le suma la calidad de una reforma que hace que un piso antiguo tenga las mismas certificaciones y calidades que uno de obra nueva.
  • Por otro lado, el ahorro energético hará que las facturas de luz, agua o calefacción se reduzcan drásticamente después de la rehabilitación.
  • Por último, el valor estético de una rehabilitación de la fachada, o la seguridad que aporta una reforma estructural, son aspectos que mejoran la calidad del inmueble y la vida de sus habitantes.