Estamos llegando al verano, ha llegado el momento de preparar la puesta a punto de la piscina. Desde Rehabitarte recomendamos ser precavidos y realizar este proceso durante la primavera. De este modo, podremos disfrutar de la piscina nada más comenzar la temporada de baño.

Nuestro equipo profesional puede realizar todos estos preparativos por ti para que disfrutes durante toda la época estival de tu piscina. Nuestro procedimiento de mantenimiento en 10 pasos garantizará el buen estado de tu piscina.

Lo primiero que haremos será retirar la cubierta, la limpieremos en profundidad y dejaremos que se seque al aire libre. Por seguridad y para evitar la acumulación de suciedad y las pérdidas por evaporación, es buena idea seguir utilizándola hasta el verano.

Limpiaremos los filtros de la piscina con productos químicos y revisaremos el estado de la arena del filtro. Si ésta tiene más de 3 años, es mejor que la cambiemos.

Comprobaremos que los skimmers, los cestos, la rejilla, el canal rebosadero y otros elementos integrados en el vaso de la piscina estén en buenas condiciones. Limpiandolos con agua a presión.

Para limpiar la superficie del vaso, utilizaremos sistemas no agresivos (como esponjas y cepillos). Para no tener que frotar en exceso y evitar posibles daños en las paredes, conviene aplicar productos químicos desincrustantes.

Revisaremos que los dispositivos de iluminación subacuática (proyectores y cajas de conexiones) funcionen.

Para limpiar el fondo de la piscina, utilizamos un robot limpiafondos. En esta fase del proceso, es recomendable que en la piscina haya, al menos, unos 40 cm de agua.

Revisaremos las escaleras, trampolines y palancas de la instalación. Si todos estos elementos se encuentran en condiciones óptimas, ademas de limpiearlos y aplicarles un producto abrillantador.

Volveremos a rellenar la piscina. Para garantizar el buen estado del agua, en esta fase conviene dosificar dicloro granulado o tabletas de cloro rápido.

Eliminanaremos gérmenes, bacterias y residuos contaminantes mediante un tratamiento de choque. Este paso puede parecer algo extremo, pero es la mejor forma de prevenir la aparición de algas y otros organismos que causan mal olor e irritaciones en la piel.

Por último, analizaremos el pH del agua y compruebaremos que se encuentra entre 7,2 y 7,6. Si es necesario ajustarlo, aplicaremos un producto minorador o incrementador de pH.